La Terapia Sistémica


La Terapia Sistémica
La Terapia Sistémica tiene sus orígenes en el contexto de la terapia familiar, pero va más allá de este ámbito de intervención.
Este enfoque se basa en la teoría general de los sistemas, lo cual implica que no se centra en cada uno de los individuos, sino que concibe la realidad desde una perspectiva holística e integradora, basada en el contexto social, formado por muchos elementos que interactúan constantemente entre sí, se apoya en los recursos y las competencias de la persona, lo cual permite el desarrollo y la movilización de potencialidades y de puntos fuertes, a fin de que puedan recobrar su creatividad y encontrar sus propias soluciones.
Dicho de otro modo, este enfoque está más enfocado hacia las relaciones que hacia los fenómenos psicológicos privados de cada persona.
Así como a los aspectos emocionales y cognitivos de estas dificultades, este enfoque considera que el entorno (conjunto de sistemas, relaciones y situaciones) contribuye a mantener los problemas psicológicos, pero también a resolverlos.
Es un espacio para entender y transformar no solo lo que vives, sino cómo lo vives con quienes te rodean.
La Terapia Sistémica visualiza cuáles son los patrones o roles que hemos adoptado dentro de nuestras relaciones y cómo solucionándolos o cambiándolos podremos trabajar nuestros problemas personales.
Parte del hecho que no somos seres aislados, sino parte de redes de relaciones que dan forma a nuestra identidad y experiencias.
Este método explora cómo los vínculos familiares, de pareja o sociales influyen en tus emociones, comportamientos y decisiones.
Con esta terapia podrás:
Identificar patrones relacionales que generan malestar.
Mejorar la comunicación y la conexión con los demás.
Desarrollar recursos para afrontar conflictos de manera más saludable.
Actualmente existen varios tipos de psicoterapia, todos ellos con sus características específicas lo cual nos brinda la opción de elegir la que más se adecue a nuestras necesidades. Estas son algunas importantes características que hacen de la Terapia Sistémica una buena opción de tratamiento:
1. Entiende las experiencias individuales. Cuando nos enfrentamos a una situación problemática, estas situaciones suelen estar relacionadas con las dinámicas ordinarias de nuestro día a día. A través de la Terapia Sistémica se replantea la problemática a través de las relaciones que establecemos con las personas de nuestro entorno. Analizando la manera en la que afrontamos estas situaciones, la Terapia Sistémica entenderá por qué nos comportamos de determinada manera.
2. Detectar los patrones de las experiencias pasadas. El Enfoque Sistémico en Psicoterapia supone intentar comprender las experiencias pasadas y cómo estas influyen en nuestro comportamiento y como pudieran llegar a generar ciertas problemáticas. A través de la Terapia Sistémica podemos detectar el patrón con el que debemos lidiar y trabajar terapeuticamente para lograr superar malestares.
3. No se ve a la persona como defectuosa. Según la Terapia Sistémica La culpa de tener ciertos problemas no procede del individuo en cuestión. A través del modelo sistémico se visualiza el rol que se ejerce dentro de un grupo para entonces visualizar la problemática a la cual nos estamos enfrentando.
4. Es una terapia circular. La Terapia Sistémica considera que la causa y el efecto no son visibles en el mismo espacio y tiempo. Por lo tanto, lo que sucedió en el pasado puede llegar a crear un resultado que no nos gusta en el presente. De este modo, la teoría sistémica es circular ya que ve que hay ciertos patrones que se repiten en el tiempo.
5. Es más práctica que analítica. La Terapia Sistémica no busca comprender el porqué de una actitud sino que intenta solucionar los problemas a los cuales se enfrenta una persona. Por ello, la psicología sistémica no intenta ver la causa sino querer afrontar nuestros errores a través de hechos más prácticos.
Características de la Terapia Sistémica


1. Cambia la perspectiva de nuestros problemas.
La teoría sistémica consigue que podamos visualizar nuestros errores a través de otras perspectivas. La mejor forma de cambiar nuestra vida es volver a estructurar nuestra manera de pensar.
2. Entender diferentes perspectivas
Ver cómo pueden pensar los demás es otro de los beneficios que nos aporta la psicología sistémica familiar. Poder tener en cuenta las diferentes perspectivas que nos rodean será sin duda la manera más efectiva de conseguir afrontar mejor nuestros fallos.
3. Reconoce tus fortalezas.
Ver cómo nos relacionamos con nuestro alrededor también nos aportará una manera efectiva de poder reconocer nuestras virtudes. De esto modo las podremos usar para compensar los defectos que nos frenan en la vida.
4. Aprenderás a lidiar con las dificultades.
Las dificultades a los que nos afrontamos en nuestro día a día pueden hacernos visibles qué es lo que realmente nos importa en nuestra vida. Por ello, podremos aprender a lidiar con ellas a dándoles la importancia que se merecen.
5.Identificar aquellos cambios que te benefician.
Focalizarnos en aquello que nos beneficia hará que podamos cambiar más rápido que si nos enfocamos en todos nuestros problemas. La terapia familiar sistémica y sus técnicas nos ayudan a poner la atención en aquello que realmente es crucial para nosotros.


Los Terapeutas Sistémicos proporcionan una serie de herramientas capaces de beneficiar al paciente tanto en nuestro interior como en nuestro exterior. Si buscas un cambio en tu vida, la terapia sistémica puede ser una gran aliada.