La terapia sistémica aplicada a la Terapia de Juego es especialmente valiosa porque permite abordar los problemas de la infancia no como algo que reside únicamente en el niño, sino como parte de un sistema más amplio: su familia, su entorno y sus relaciones. Aquí te dejo por qué es buena esta combinación:
¿Por qué es buena la terapia sistémica en la terapia de juego con niños?
1.Permite comprender al niño en su contexto familiar y relacional
La terapia sistémica no se enfoca solo en la conducta del niño, sino en cómo se relaciona con su entorno. A través del juego, se pueden observar dinámicas familiares, roles y patrones que influyen en su comportamiento.
2.El juego es su lenguaje natural
Los niños muchas veces no pueden expresar lo que sienten con palabras, pero sí lo hacen jugando. La terapia sistémica aprovecha este lenguaje simbólico para explorar lo que ocurre en sus relaciones, conflictos y emociones.
3.Involucra a la familia en el proceso terapéutico
La visión sistémica no trata al niño de forma aislada. A través del juego se pueden incluir padres, hermanos u otras figuras significativas, permitiendo trabajar en conjunto y mejorar la comunicación y los vínculos
4. Favorece cambios duraderos
Al enfocarse en las relaciones y no solo en los síntomas, los cambios que se logran con esta terapia tienden a ser más estables y profundos, ya que se transforman las dinámicas que afectan al niño.
5. Fomenta la creatividad y la conexión emocional
El juego terapéutico en clave sistémica no solo es diagnóstico, también es una herramienta de intervención: permite reparar vínculos, fortalecer el apego y generar nuevas formas de interacción entre los miembros del sistema.